Un lindo experimento para hacer con los chicos es producir YOGUR CASERO para mostrarles principalmente la capacidad de las bacterias de crecer en un medio que les gusta y transformarlo, y también reforzar la idea de que NO todas las bacterias nos hacen mal, sino que en realidad son más las que nos hacen bien que las que nos enferman.
Las bacterias lácticas, como les dije anteriormente, se alimentan del azúcar que está presente en la leche llamado lactosa. Para ello, realizan un proceso de fermentación que produce ácido por lo que la leche se "corta" produciendo un cuajo o precipitado, ¡que más tarde se transforma en el yogur que conocemos! De esta manera generan uno de los alimentos más nutritivos y beneficiosos para la salud, así que aprovechemos para motivar a los chicos a comer algo muy saludable y hecho con sus propias manos.
Entonces para producir nuestro propio yogur necesitamos partir de un yogur que ya contenga estas bacterias, que será lo que en la industria se denomina "cultivo iniciador". Tengan en cuenta que el yogur casero que produzcamos tendrá las mismas características que el yogur inicial que elijamos.
¡Vamos a tener que supervisar o ayudar a los chicos a manejar el fuego y ollas para calentar la leche!
Entonces,
¡vamos a la lista de Materiales!
- Frasco de plástico limpio o de vidrio con tapa hervido previamente (1 grande o varios chicos)
- Yogur comercial "iniciador"
- Leche entera o descremada, de acuerdo al gusto
- Tupper o recipiente de plástico donde quepan los frascos
¿Cómo lo hacemos?
Calentamos la leche (1 litro) en una olla a fuego lento, a una temperatura media, ¡no puede llegar a hervor porque las bacterias se mueren y no pueden cumplir su trabajo! El truco es ir probando con el dedo, el punto correcto es cuando podemos dejarlo 5 segundos sin quemarnos.
Una vez alcanzada esta temperatura, retiramos del fuego y agregamos un pote del yogur "iniciador"; con ese calorcito las bacterias pueden empezar a crecer y reproducirse, o como les decimos a los chicos "tener hijos". Me gusta agregar una cucharada de leche en polvo para una consistencia más cremosa, también se puede agregar azúcar para hacerlo más dulce, o esencia de vainilla para darle otro gustito.
Pasamos la mezcla de leche y bacterias a los frascos limpios que preparamos antes y tapamos. Ahora vamos a incubar en un lugar seco y calentito: arriba de la heladera, cerca del horno, donde ustedes consideren que les de calor leve. Ponemos los frascos llenos dentro del tupper, cerramos y cubrimos con repasador. Lo dejamos un día aproximadamente (como máximo), chequeamos la consistencia y pasamos a la heladera. ¡Ya está listo para comer!
Hasta 10-15 días lo podemos dejar en heladera para consumir.
¿Qué hicieron las bacterias en ese tiempo?
Consumieron el azúcar que estaba en la leche y producieron ácido que cambió la consistencia de la leche, haciéndola más cremosa y ácida. El calor del fuego, y el hecho de que tenían ese alimento para crecer, hizo que cada vez haya más bacterias en la leche y ¡ahora tenemos yogur para comer!
¡QUE LINDO PREPARAR ALGO TAN SALUDABLE Y NUTRITIVO CON LA AYUDA DE LAS BACTERIAS LÁCTICAS!
Tengan en cuenta que esto no tiene aditivos, ni conservantes, sólo trazas del yogur original y podemos guardar una parte de nuestro nuevo yogur casero y preparar más desde ahí en la semana siguiente (esto en general se puede hacer hasta 3 veces, no más). ¡SUPER NATURAL!