Un proyecto en el que me encanta involucrar a los chicos es en la construcción de un Lumbricario o Granja de Lombrices, por varios aspectos que la mayoría de la gente desconoce:
1- Las lombrices son actores importantísimos en la descomposición de restos de seres vivos en los ecosistemas. Mientras cavan y revuelven la tierra generando canales por los que se desplazan, nos ayudan en la aireación y escurrimiento natural de agua y aire en el suelo. Por esto es que le brindan fertilidad, posibilitando a su vez el crecimiento y desarrollo más nutritivo de las plantas.
2- El lumbricario puede servir para desechar los restos de verduras, frutas, papel, que normalmente tiramos a la basura. Esta es una buena manera de concientizar a los chicos sobre la problemática de la basura que generamos, con un ejemplo concreto de reducción de la basura que generamos en casa. (Más adelante profundizaremos!)
3- El hecho de trabajar con un ser vivo (no con una imagen o video) sino con el animal vivito y coleando, permite introducir algunos conceptos que creo son fundamentales para la vida en general y la relación que los chicos tengan con toda la naturaleza.
Mi propuesta es para valientes: ¡agarrar las lombrices con las manos! y asi hablar del respeto que se merece ese otro ser con vida: no gritarle, no maltratarlo, no "jugar" con él, tratarlo con muuucho cuidado. Si ven que alguno de los chicos está con dudas, no conviene forzarlo, mejor darle su espacio y ayudarlo a superar el miedo por ejemplo mostrándole desde nuestra mano que la lombriz no nos puede hacer ¡nada más que cosquillas!
En el próximo post les cuento cómo, mientras les dejo un dibujo para imprimir y colorear
ExperimentarConCiencia
Un lugar donde encontrar actividades y experimentos de ciencias (en especial Cs. Naturales) para chicos de nivel inicial, para reencontrarnos con la naturaleza, y ¡conocer cada vez más del mundo que nos rodea!
martes, 26 de junio de 2018
sábado, 12 de septiembre de 2015
¿Animales buenos o malos ?
Es muy común que los chicos, y a veces también los adultos, hagan una diferenciación entre animales buenos o malos
¿Por qué tienden a pensar así?
Hay animales que simplemente ¡tienen mala prensa!
Si les muestran una imagen de un guepardo atrás de una gacela en plena sabana africana, con mirada inquisitiva mostrando colmillos, garras y persiguiendo al pobre animal que estaba pastando tranquilo, siempre (pero siempre eh) se genera la idea de que el malo de la historia es el cazador. Los carnívoros son en fin los "malos" de la naturaleza y su contraparte "buena" los herbívoros.
En la naturaleza no existen intenciones ligadas a sentimientos buenos o malos, los animales actúan según sus instintos, por lo que es imposible que haya "buenos" o "malos" PERO...
Muy pocos documentales relatan y muestran el por qué se dan estas persecuciones en la naturaleza y es necesario que nosotros como maestros y guías marquemos la importancia de la relación fundamental que hay entre dos seres vivos que necesitan comer y alimentarse para poder vivir y sobrevivir a otros, el concepto de Cadena alimenticia. Como ya vimos, alimentarse es una de las funciones vitales de los seres vivos.
Este es un tema que creo debemos abarcar desde una perspectiva distinta, no sólo de la forma clásica en la que se explica cómo se da la transferencia de energía entre seres vivos (entendiendo quién se come a quién), sino generando empatía con cada eslabón de la cadena. Existen videos que son muy enriquecedores donde por ejemplo se muestra a ese mismo guepardo luego de la caza llevando la presa a sus crías. De esta manera, los chicos pueden sensibilizarse con el "malo" de la película, sacarlo de esa casilla, y pensar que necesita cazar para comer y alimentar a su familia.
¡Les dejo un ejemplo para que puedan tener a mano!
Me parece importante que los chicos puedan generar conciencia y sensibilizarse con todo tipo de animales, y con la naturaleza en general. Así se forman las bases de la relación que tendrán con ella, podrán maravillarse, asombrarse y sobre todo, podrán respetarla. ¡Esperemos que así sea!
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domingo, 19 de julio de 2015
Una delicia casera y ¡llena de bacterias!
Algo que no todo el mundo sabe es que el yogur que comemos todos los días en realidad tiene BACTERIAS que le dan la textura, el olor y el sabor característico. Estas bacterias se llaman comúnmente bacterias "lácticas" porque crecen en la leche, ya que se alimentan del azúcar que tiene.
Un lindo experimento para hacer con los chicos es producir YOGUR CASERO para mostrarles principalmente la capacidad de las bacterias de crecer en un medio que les gusta y transformarlo, y también reforzar la idea de que NO todas las bacterias nos hacen mal, sino que en realidad son más las que nos hacen bien que las que nos enferman.
Las bacterias lácticas, como les dije anteriormente, se alimentan del azúcar que está presente en la leche llamado lactosa. Para ello, realizan un proceso de fermentación que produce ácido por lo que la leche se "corta" produciendo un cuajo o precipitado, ¡que más tarde se transforma en el yogur que conocemos! De esta manera generan uno de los alimentos más nutritivos y beneficiosos para la salud, así que aprovechemos para motivar a los chicos a comer algo muy saludable y hecho con sus propias manos.
Entonces para producir nuestro propio yogur necesitamos partir de un yogur que ya contenga estas bacterias, que será lo que en la industria se denomina "cultivo iniciador". Tengan en cuenta que el yogur casero que produzcamos tendrá las mismas características que el yogur inicial que elijamos.
¡Vamos a tener que supervisar o ayudar a los chicos a manejar el fuego y ollas para calentar la leche!
Entonces,
- Frasco de plástico limpio o de vidrio con tapa hervido previamente (1 grande o varios chicos)
- Yogur comercial "iniciador"
- Leche entera o descremada, de acuerdo al gusto
- Tupper o recipiente de plástico donde quepan los frascos
Calentamos la leche (1 litro) en una olla a fuego lento, a una temperatura media, ¡no puede llegar a hervor porque las bacterias se mueren y no pueden cumplir su trabajo! El truco es ir probando con el dedo, el punto correcto es cuando podemos dejarlo 5 segundos sin quemarnos.
Una vez alcanzada esta temperatura, retiramos del fuego y agregamos un pote del yogur "iniciador"; con ese calorcito las bacterias pueden empezar a crecer y reproducirse, o como les decimos a los chicos "tener hijos". Me gusta agregar una cucharada de leche en polvo para una consistencia más cremosa, también se puede agregar azúcar para hacerlo más dulce, o esencia de vainilla para darle otro gustito.
Un lindo experimento para hacer con los chicos es producir YOGUR CASERO para mostrarles principalmente la capacidad de las bacterias de crecer en un medio que les gusta y transformarlo, y también reforzar la idea de que NO todas las bacterias nos hacen mal, sino que en realidad son más las que nos hacen bien que las que nos enferman.
Las bacterias lácticas, como les dije anteriormente, se alimentan del azúcar que está presente en la leche llamado lactosa. Para ello, realizan un proceso de fermentación que produce ácido por lo que la leche se "corta" produciendo un cuajo o precipitado, ¡que más tarde se transforma en el yogur que conocemos! De esta manera generan uno de los alimentos más nutritivos y beneficiosos para la salud, así que aprovechemos para motivar a los chicos a comer algo muy saludable y hecho con sus propias manos.
Entonces para producir nuestro propio yogur necesitamos partir de un yogur que ya contenga estas bacterias, que será lo que en la industria se denomina "cultivo iniciador". Tengan en cuenta que el yogur casero que produzcamos tendrá las mismas características que el yogur inicial que elijamos.
¡Vamos a tener que supervisar o ayudar a los chicos a manejar el fuego y ollas para calentar la leche!
Entonces,
¡vamos a la lista de Materiales!
- Frasco de plástico limpio o de vidrio con tapa hervido previamente (1 grande o varios chicos)
- Yogur comercial "iniciador"
- Leche entera o descremada, de acuerdo al gusto
- Tupper o recipiente de plástico donde quepan los frascos
¿Cómo lo hacemos?
Calentamos la leche (1 litro) en una olla a fuego lento, a una temperatura media, ¡no puede llegar a hervor porque las bacterias se mueren y no pueden cumplir su trabajo! El truco es ir probando con el dedo, el punto correcto es cuando podemos dejarlo 5 segundos sin quemarnos.
Una vez alcanzada esta temperatura, retiramos del fuego y agregamos un pote del yogur "iniciador"; con ese calorcito las bacterias pueden empezar a crecer y reproducirse, o como les decimos a los chicos "tener hijos". Me gusta agregar una cucharada de leche en polvo para una consistencia más cremosa, también se puede agregar azúcar para hacerlo más dulce, o esencia de vainilla para darle otro gustito.
Pasamos la mezcla de leche y bacterias a los frascos limpios que preparamos antes y tapamos. Ahora vamos a incubar en un lugar seco y calentito: arriba de la heladera, cerca del horno, donde ustedes consideren que les de calor leve. Ponemos los frascos llenos dentro del tupper, cerramos y cubrimos con repasador. Lo dejamos un día aproximadamente (como máximo), chequeamos la consistencia y pasamos a la heladera. ¡Ya está listo para comer!
Hasta 10-15 días lo podemos dejar en heladera para consumir.
¿Qué hicieron las bacterias en ese tiempo?
Consumieron el azúcar que estaba en la leche y producieron ácido que cambió la consistencia de la leche, haciéndola más cremosa y ácida. El calor del fuego, y el hecho de que tenían ese alimento para crecer, hizo que cada vez haya más bacterias en la leche y ¡ahora tenemos yogur para comer!
¡QUE LINDO PREPARAR ALGO TAN SALUDABLE Y NUTRITIVO CON LA AYUDA DE LAS BACTERIAS LÁCTICAS!
Tengan en cuenta que esto no tiene aditivos, ni conservantes, sólo trazas del yogur original y podemos guardar una parte de nuestro nuevo yogur casero y preparar más desde ahí en la semana siguiente (esto en general se puede hacer hasta 3 veces, no más). ¡SUPER NATURAL!
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